
Barcelona 3 – 0 Bayern Munich. Llegas, te descalzas, te pones la ropa de estar en casa. Haces y deshaces con la confianza que solo tiene alguien que está a gusto en el único lugar que dominas tú, que no te domina a ti, que ni te impone ni te pide. El mismo ritual del Barça en el Camp Nou, dónde llega y su ropa de estar por casa es una camiseta blaugrana con parches de Champions en los costados. Su casa.
Esta vez con algunas caras nuevas: Geyse, Salma, Walsh y Bronze pisaron el Camp Nou por primera vez. La brasileña con un gol de cabeza y las dos inglesas siguiendo el legado que Gary Lineker dejó en pausa hace 33 años, convirtiéndose en las primeras jugadoras. También fue la primera vez para Bruna Vilamala, quién por culpa de una lesión larga en la rodilla no había tenido la oportunidad de cumplir el sueño que tenía desde la Masía.
Sin embargo, hubo cosas que no cambiaron. Las formas se mantienen igual, así como Mapi comentaba la dificultad de mantener un estilo cambiando jugadoras y aclarando cómo los entrenamientos se encargan de que esa armonía no se pierda, de que esa fuerza invisible entre un grupo que cree en la idea de juego que despliega, no se reduzca, al contrario, crezca.
Precisamente hay que partir de la pareja de centrales que forma León con Irene Paredes al ser las facilitadoras de jugar hacia adelante, de construir a partir del primer pase y de ser tan buenas defendiendo que se convierten en las mejores atacando. Aunque claro que juntar dos pies prodigiosos con la primera gran exhibición de Keira Walsh llena de soltura y acierto, encontrando el giro, la llegada y el gol de Aitana con la asociación de Claudia Pina hace todo más fácil. Y si además la canterana es capaz de sacarse otro golazo de la chistera, pues es raro que el partido no se termine por resolver y disfrutar.
Aun así la que se lleva los focos, con razón y mérito, es Fridolina Rölfo que pese a la dudas en su llegada ha hecho del Barça su mejor lugar y de esa banda izquierda el pasillo más cómodo. No es casualidad que cuando el FCB empezó a conectar con la sueca, el futbol acompañó y las cosas no solo empezaron a salir sino que fluían con la naturalidad de un equipo que se conoce de memoria y que ha aprendido a escucharse y a verse apenas volteando. ¿Cómo lograr esto? Giráldez corrigió porque no es lo mismo estar que aparecer y en las bandas hay que estar para aparecer al centro. Con Pina como extremo solo ‘cambió’ el rol en lugar de partir de la banda para entrar, partía por dentro y dejaba ese pasillo para que estuviera la 16 y cerrara la noche con dos asistencias.
Lo importante es que el juego otra vez llevó a la victoria, ahora contra el Bayern Munich que pudo incomodar al principio y que amenazaba con la sensación que solo la élite europea puede sembrar. Pero vale mucho más quedarse con dos fichajes «experimentales» que son decisivas (Rölfo) y pueden llegar a ser estructurales (Keira). Llegaron para quedarse.
Con Alexia o sin Alexia, frente a 90.000 a 40.000 el Barça se siente tan cómodo como cuando cantas en tu casa y nadie te escucha porque ha hecho del teatro más grande de Europa su hogar para las citas más importantes. Ellas no vuelven. No vuelves a los lugares donde fuiste feliz, más bien nunca te vas porque una parte de ti se arranca de donde estaba para quedarse ahí, donde pertenece y donde siempre ha añorado estar.
Por: Aina Canales