Un esperpento más del FC Barcelona. La final perdida de ayer ante el Athletic Club de Bilbao es una muestra más de que este Barça está muy lejos del camino al que debemos volver lo antes posible.
La consecución de esta Supercopa tenía una gran importancia más allá de la que ya tiene el alzarse con el primer título de la temporada. La consecución de este trofeo habría supuesto un punto de inflexión clave. El equipo debería haber demostrado a la afición que todavía se pueden creer en cosas grandes esta temporada, pero, lejos de la realidad, los de Koeman mostraron que no hay rumbo en este Barça. La actuación del equipo hizo que los fantasmas de Roma, Liverpool o Lisboa sobrevolaran ayer el cielo de Sevilla.
Este equipo sigue dejando actitudes muy preocupantes sobre el campo. Marcelino planteó una final muy definida y el Barça no consiguió salirse del guion en todo el partido. Los leones salieron a morder y degollaron a un equipo todavía muy inocente. Porque los culés se pusieron por delante en el marcador hasta en dos ocasiones durante el partido, pero los fallos infantiles a balón parado en defensa condenaron a un equipo sin identidad y sin orgullo. Lejos del Barça que salía a las finales a proponer mediante la posesión de balón, ayer vimos un equipo con miedo al rival y sin intención alguna de tomar el timón del encuentro.
Como señalé al principio, debemos volver al camino del que hace mucho tiempo nos alejamos. Y no es cualquier camino, es el que nos hizo ser el mejor equipo del mundo. La pérdida de esa identidad hace que no en grandes citas como la de ayer nos convirtamos en unos mediocres a merced de un equipo que sí tenga las cosas claras como ayer fue el Athletic y como fueron Liverpool o Bayern en el pasado.
¿El paso para volver a ese camino? Esperemos que venga pronto y que venga de mano del presidente elegido en las elecciones que en principio se realizarían el próximo 7 de marzo. Este debe ser el punto final a una de las peores etapas de la historia del club y el comienzo de una nueva etapa en la que se construya un Barça por el camino que un día nos hizo grandes.
DAVID REDONDO
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