Después de que Xavi Hernández comunicase su decisión de continuar como entrenador del FC Barcelona la temporada que viene, el equipo se volvía a ver las caras con la afición en el Estadi Olímpic Lluís Companys en una jornada atípica, tanto por el día como el temporal.
Ese temporal a punto estuvo de ser un fiel reflejo del partido de los azulgranas, ya que el Valencia se puso 1-2 al marcador antes de marcharse al descanso. Sin embargo, la expulsión de Mamardashvili lo cambió todo para el segundo tiempo.
La lluvia torrencial que caía en Montjuïc pasó a convertirse en un cúmulo de olas, aunque en este caso provocadas por los más de 30 mil personas que decidieron ir al estadio, pese a todo, y que finalmente pudieron disfrutar del mejor Robert Lewandowski.
El polaco, ante las adversidades que se habían presentado en el encuentro, mostró su versión más goleadora, precisamente la que le llevó a ser el máximo goleador de La Liga la temporada pasada.
Gracias a su hat-trick, el Barça se llevó tres puntos de vital importancia para seguir por delante del Girona en la clasificación y, además de ello, el goleador recortó distancias con Dovbyk en la carrera por el pichichi.
El delantero, quien parecía que se había alejado de la disputa por este trofeo individual, ya solo está a tres goles de recuperar la condición que actualmente le pertenece. Un objetivo competitivo que deberá marcarse este equipo para el futuro, dado que ahora ya es tarde para defender ese título de vigente campeón.
NACHO JIMÉNEZ
Sin ataduras, sin compromisos, información libre. 