Xavi es un soplo de aire fresco, y la única solución, a un Barça hundido, sin ideas, sin convicción y en desarmonía con el aficionado. Xavi es sinónimo de esperanza, de volver a creer, y de recuperar la ilusión de que todo es posible. En cuestión de días, hemos pasado del conformismo, la nula autocrítica y el “esto es lo que hay”, a “el Barça es el mejor club del mundo, y el mejor club del mundo tiene que ganar; no puede empatar ni perder”. Fin del capítulo Koeman, ‘sold out’ en la presentación, y a empezar una nueva época.
Poca intensidad en los entrenamientos, jugadores desmotivados y ninguneados públicamente, ausencia de ideas y conceptos, métodos de entrenamiento obsoletos, nula prevención de lesiones, poca individualización en las tareas, y un sinfín de aspectos que nos han llevado tocar fondo. Por suerte para el ‘culer’, el cambio ha llegado.
Es inevitable echar la vista atrás, y recordar el legado del fútbol total. Rinus Michels expresó en muchas ocasiones la importancia de tener una prolongación del entrenador en el campo. Éste debía ser un jugador brillante en conceptos tácticos, y capaz de leer el partido para corregir los errores que pudieran ir surgiendo. Para Rinus, Johan Cruyff fue el elegido. La historia, de igual manera, se volvió a repetir con Guardiola, cuando Johan era entrenador del FC Barcelona. Y para terminar, con Xavi en la época dorada con Pep al mando. Si algo comparten estos tres entrenadores anteriormente mencionados, además de un estilo sumamente dominante, es haber levantado una Champions League. Y el camino de Xavi está destinado a ello.
El egarense se encuentra un Barça plagado de lesiones, en baja forma física, con problemas en ambas áreas y a diez puntos del primero de Liga. Los resultados, por suerte si son buenos, y por desgracia si no lo son, influyen a la hora de valorar el trabajo de un entrenador. Pero eso no debe ser lo más importante en estos primeros meses de mandato. Recuperar nuestra seña de identidad, volver a competir de tú a tú en los partidos grandes, divertir al aficionado con un fútbol vistoso y vertical, y potenciar a esa camada de jóvenes para que dentro de 2-3 temporadas seamos candidatos a ganarlo todo, deben ser las prioridades marcadas.
Qué será del Barça dentro de dos meses es una incógnita que el aficionado espera con ilusión. De momento, nos quedamos con la felicidad que se respira en el vestuario, la vuelta de las normas de disciplina, la mejora de los entrenamientos y el control de ciertos hábitos saludables como la alimentación y el control del descanso que determinan el rendimiento deportivo.
Quizás, de todas las opciones que existían, ésta no era la mejor. Pero, para el Barça, en estos momentos, estoy convencido de que si. Juega con ventaja a la hora de liderar un vestuario. Él es el espejo en el que mirarse para cualquier jugador que quiera triunfar aquí. A este equipo le falta convicción e ideas para saber a lo que juega; y eso a Xavi le sobra. Por suerte, han vuelto las buenas noticias a Barcelona.
Daniel Ortega.