
La victoria del Chelsea 1-0 sobre el Manchester City fue más celebrada en Madrid y en parte de Catalunya que en Londres. El sábado, en España muchos fueron ‘blues’. Mientras, el pasado miércoles todo el territorio ibérico se vistió de amarillo para festejar el título del Villarreal en la Europa League. Qué diferencia. Qué daño hizo Pep Guardiola.
Hay un trasfondo político y deportivo detrás del odio visceral sobre el entrenador catalán. Fueron muchos años, demasiadas derrotas. La era de Pep en el Barça, aunque corta, dejó heridas que aún no cicatrizaron.
Ahora bien, más allá de eso, hay quienes cuestionan el modelo por la caída del City en la final de la Champions League. Desde la capital es entendible, pero que se haga desde cierto sector del barcelonismo es lo que llama la atención. Ya lo dijo Ángel Iturriaga durante su participación en el programa Encuentro con el Fútbol: «El rival está en Madrid, pero el enemigo lo tenemos en casa». Aunque Laporta lo intentará, con razón Pep duda en regresar.
Se sabe de dónde vienen los tiros. «Las viudas del Bartorosellismo», diría el periodista argentino y colaborador de Más Que Pelotas, Sergio González. Con Joan Laporta como presidente, el Barça volverá a sus raíces, esas que destrozaron en 10 años. No descansarán. Seguirán con su objetivo: borrar el legado de Cruyff, de Guardiola y de Messi.
Es importante recordar que el modelo está muy vivo. En casa, el ejemplo lo vemos con el ‘B’ y el Femení. Con el primer equipo, toca levantar escombros y reconstruir el transatlántico. Ya hay una base. Los hijos de La Masía piden protagonismo. El Barcelona vuelve a tener un presidente que confía en ellos. La tarea pendiente está en tener un entrenador que también lo haga.