
En la selva que es segunda B se esconden todo tipo de jugadores pero dominan solo un par, especies en peligro de extinción. Elegidos para cambiar los difíciles terrenos de tercera división en el verde de primera categoría, eso sí sólo en los ojos del espectador. El que aparece es Álex Collado un interior izquierdo o derecho, un extremo izquierdo o derecho, un mediapunta o el mejor falso extremo. Un zurdo que camina con superioridad y juega con una soltura insultante. Tan natural en su juego que parece exagerado.
Se extingue la improvisación, se expande el control excesivo. El futbol moderno de esquemas, sistemas y tácticas pide a gritos jugadores que se salten la rigidez y que rompan los guiones, vuelve a aparecer Álex Collado o cómo yo lo llamo: el bailarín entre líneas. Y es que la exhibición que está dando esta temporada es una paradoja increíblemente divertida, rompiendo el guión de cada partido y escribiendo su propia partitura que el equipo ha sabido acompañar. Es difícil intentar describir a alguien que atrae tantos sentidos con su fútbol, que flota y pica, que lo está llevando a otro nivel.
El mérito es tremendo no sólo por la exigencia de la categoría sino también por las necesidades de su tan joven equipo, y aquí entra el mensaje que Javier García Pimienta lanzó al Camp Nou. Un abrazo del entrenador catalán al mago de Sabadell dejándole un rol de libertad, dándole un lugar para ser ‘el Messi del B’, una confianza desbordada precisamente para soltar toda la magia que lleva dentro. Un papel que no se le da a cualquiera. Que en categorías inferiores siempre fue el mismo pero el volumen de juego hoy en día está a un nivel impropio para un jugador de dicha categoría. Compensado por el equipo y compensando al equipo, en el disciplinado filial fiel al juego de posición y al esfuerzo colectivo sobre todas las cosas. Arropado por Pimi para que el resto del mundo vea lo que García Pimienta sabe que hay.
Una temporada en solitario que es directamente un homenaje a la creatividad natural, al talento innato moldeado por una metodología única. Las anteriores no fueron suficientes para tocar la puerta del primer equipo por unas razones u otras pero este año es para derrumbarla. Cautivador y destilador de encanto, imposible contenerlo más tiempo y el momento de crear vida en la posición que el holandés le deje ha llegado.
Nadie sabe lo que pasará, nadie puede controlar el destino pero el de Álex Collado tiene que estar dentro del Camp Nou con 21 años y un mundo por mejorar. Escribir de lo que puede ser siempre es más emocionante que escribir lo que es, da lugar a la imaginación. En Collado se aloja ese encanto que puede hacer suyo el futuro y si los astros se alinean, el mundo también. El Álex Collado, el creativo con más imaginación de los últimos años salido de la Masía. Un jugador que nunca sobra y que siempre falta, aunque no lo sepas todavía.
Aina Canales