Hoy, día 24 de enero, el FC Barcelona ya debería tener un presidente que empezase a tomar decisiones importantes sobre todo lo que acontece en el club actualmente. Pero no va a ser así, y de momento, hasta el 7 de marzo no se producirán las tan necesarias y ansiadas elecciones.
Este proceso electoral está siendo muy representativo de quién ha estado al mando del Barça estos últimos años y de quién sigue estando. Desde fuera de la sensación de que los intereses del club pasan a un segundo plano cuando los que de verdad importan son los suyos propios. Carles Tusquets dijo en su presentación que las elecciones se tenían que producir «as soon as possible». Esto lo declaró el 2 de noviembre tras la dimisión de Bartomeu y la fecha que fijó fue hoy, 24 de enero, al filo de lo que permiten los estatutos del club. Porque realmente esa era la única función de la Comisión Gestora presidida por Tusquets, convocar elecciones y marcharse, pues lo están llevando a cabo terriblemente mal.
La excusa que se ha usado para retrasar todo este proceso ha sido las circunstancias de la pandemia, que bien es cierto que están ahí pero que también sabíamos que íbamos a tener que contar con ellas. Parece que simplemente se está queriendo retrasar lo inevitable. Y es que, viendo las encuestas que se publicaron en exclusiva en Más que Pelotas y que se siguen publicando a día de hoy desde diferentes medios, Joan Laporta es el principal favorito para alcanzar la presidencia del FC Barcelona. Su diferencia con respecto a los otros candidatos es notable y parece que irremediable.
Los números hablan por sí solos y Laporta es el favorito para alcanzar la presidencia. Joan vendrá a rescatarnos, pero esperemos que no sea demasiado tarde.
Porque mientras todo este circo está montado en Can Barça, la situación del club deportivamente pero sobretodo institucionalmente no paran de empeorar. Por un lado, los entrenadores de La Masía están inmersos en un ERTE; el club está haciendo el ridículo intentando ahorrarse el finiquito de Setién y por si fuera poco el club está a riesgo de convertirse en una SAD por su pésima situación económica. El Barça se hunde y lo peor es que no hay nadie al timón.
Los que dicen ser del Barça cuando no lo son siguen alargando este circo, los culés de verdad sufrimos cada día porque que se acabe. Y también soñamos con nostalgia (sí, con nostalgia) que algún día podamos volver a ser el club que éramos antes, el mejor club del mundo, fieles a una filosofía que nos hizo alcanzar la excelencia.
DAVID REDONDO
Más Que Pelotas - Més que un Canal 