Opinión

GRIEZMANN ES EL REFLEJO DEL BARÇA

Griezmann ha perdido peso en el equipo desde la llegada de Quique Setién. Con la suplencia de ayer, el francés acumula tres partidos consecutivos sin formar parte del once inicial. Su condición de estrella está más en entredicho que nunca.

En Sevilla jugó Braithwaite, en Vigo lo hizo Ansu Fati y ayer cambió el sistema para colocar solo a dos delanteros. Quique Setién ha ido modulando su equipo de partida y cada vez es más evidente que Griezmann no forma parte de este. En una delantera con dos nombres inamovibles, el francés no es capaz de rellenar el hueco que dejó Neymar en la banda izquierda. La famosa MSN no termina de transformarse en la MSG.

Griezmann llegó el pasado verano con la etiqueta de ser uno de los fichajes más caros de la historia del club. El Barça pagó 120 millones de euros para hacerse con sus servicios. Después de ganar casi todo con el Atlético de Madrid, acabó conquistando la Copa del Mundo en Rusia 2018. Un estatus a tener muy en cuenta pero que, poco a poco, se ha ido desmoronando hasta quedar en el olvido. Aturdido y a veces presionado en exceso, Griezmann ya no juega un papel de actor principal. Haciendo un símil con el cine, el francés ahora mismo sería como un personaje de relleno que se cuela en la escena de una película sin saber muy bien cómo actuar.

SU SITUACIÓN ES EL REFLEJO DE LA GESTIÓN DEL CLUB

Su situación actual no es más que el reflejo de una política deportiva nefasta y basada en criterios económicos. Se han llevado a cabo numerosos fichajes a precios excesivos y de futbolistas que no poseen las características que demanda el equipo. ¿Es culpa de Griezmann el hecho de tener que jugar en una posición que no es la suya? La respuesta es no. El fútbol a veces es más sencillo de lo que parece. Si tú lo que buscas es un jugador que abra campo, encare y elimine rivales con conducciones, Griezmann no es el fichaje. Si tú lo que buscas es un nueve al más puro estilo Suárez, que se mantenga paciente a la espera de cazar algún balón suelto, Griezmann no es el fichaje.

El galo no tiene capacidad de desborde ni es un rematador nato, es un futbolista que juega siempre a uno o dos toques. Si pones un vídeo de sus mejores jugadas en YouTube, seguro que hay muy pocas en las que aparezca zafándose de dos o tres contrarios. Sus virtudes, que son muchas, son otras y aparecen cuando juega por detrás del punta. Una posición que, por cierto, en el Barça no existe. Cuál es la conclusión de todo esto: a lo mejor Griezmann no era el fichaje que el Barça necesitaba. Otra muestra más de la desastrosa gestión deportiva llevada a cabo en los últimos años.

PESE A TODO, HA HABIDO BUENAS ACTUACIONES

A pesar de haber tenido que participar en una zona del campo que aísla sus virtudes, Griezmann es un futbolista de primerísimo nivel y, aunque sea cuenta gotas, ha tenido muy buenas actuaciones. No es casualidad que sus mejores partidos se hayan dado cuando ha jugado en la posición de Suárez. Aunque no sea un nueve de área como el uruguayo, sí es cierto que en esa zona encuentra un ecosistema que se adapta mucho mejor a su fútbol. Ahí no tiene un posicionamiento tan marcado y puede realizar movimientos constantes, ya sean corriendo al espacio o viniendo en apoyo. Esto provoca que aumenten sus posibilidades de hacer gol y de participar en la elaboración ofensiva del equipo. Cuando juega pegado a la banda, hay partidos en los que ni te enteras de que está en el campo.

Sus números, teniendo en cuenta lo expuesto y sumado a la inestabilidad constante que atraviesa el club, no son para nada desdeñables. Suma catorce goles y cuatro asistencias. Esto tiene una mayor repercusión si tenemos en cuenta que muchos de esos tantos han servido para abrir el marcador.

CONDENADOS A ENTENDERSE, O NO…

Creo que la situación de Griezmann es reversible, y para ello no basta solo con una mejora de su rendimiento deportivo, también es necesario un cambio a nivel estructural. Meter a un jugador en el once con calzador no es algo que suela salir bien. Si el francés tiene que seguir disputándole el puesto de extremo a Ansu Fati, ahí tiene todas las de perder.

Para que el Barça recupere al mejor Griezmann, primero debe de volver a encontrarse como club y como institución. Una reestructuración completa puede sanear cualquier problema, sino que se lo digan a Henry después de su primera temporada con Rijkaard como entrenador.

EMILIO VALENZUELA

 

 

 

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