Barça y Atlético empatan a dos en un partido marcado por jugadas polémicas que condicionaron el resultado final. Dos penaltis para atléticos y uno para los culés. El Barça deja la Liga en bandeja al Real Madrid.
La situación deportiva e institucional que atraviesa el Barça no es la más oportuna para afrontar un partido de este calibre. El conjunto blaugrana es ahora mismo un polvorín a la espera de ser detonado. La noche de hoy se preveía idónea para poder cambiar la dinámica de las ultimas semanas, pero de nuevo han aparecido los mismos errores en un equipo que se consume. Cada partido es una muestra más de la necesidad urgente de hacer una limpieza de plantilla.
El Barça recibía al Atlético en un Camp Nou repleto de asientos vacíos. Los azulgranas necesitaban sí o sí una victoria para seguir agarrados a una liga que cada vez es más blanca. Por su parte, el Atlético de Madrid, en clara línea ascendente, quería ratificar su buen arranque en esta nueva normalidad. Los del Cholo no conocen la derrota desde la vuelta a la competición, dos empate y cuatro victorias.
Setién, en su etapa más tímida, ha optado por alinear a cuatro centrocampistas, dejando arriba a Messi y Suárez. En la medular ha vuelto a destacar la figura de Riqui Puig, el canterano es el único medio que ofrece algo distinto, y el equipo lo nota. El técnico cántabro prefirió contener bien al equipo en lugar de arriesgar con hombres muy abiertos en zonas de ataque. Las funciones de extremo hoy han sido para Jordi Alba y Semedo. Los laterales han llevado casi todo el peso del ataque culé.
El partido comenzó con un ritmo superior al esperado. El Atlético estuvo cerca de marcar en un saque de falta de Carrasco que nadie remató y casi se cuela en la meta de Ter Stegen. Poco después, los culés respondieron con un buen disparo de Rakitic que despejó Oblak. Parecía cuestión de tiempo que cayera el primer gol. En el minuto once, un córner cerrado de Messi se acabó colando en la portería tras desviar la pelota Diego Costa.
La inestabilidad colectiva del Barça provoca que las alegrías sean muy efímeras. Ocho minutos después, una buena jugada de Carrasco ante un Piqué demasiado lento, acabó en un claro penalti provocado por Vidal. El encargado de lanzarlo fue Diego Costa, que tendría así la posibilidad de redimirse de su autogol. Ter Stegen adivinó perfectamente el disparo, pero es ahí cuando comienza un lío arbitral que duraría todo el encuentro. Hernández Hernández, avisado por la sala VAR, mandó a repetir el lanzamiento desde los once metros. El meta alemán se adelantó por centímetros y Saúl no falló en este segundo intento. Después, Messi con su disparo marca de la casa, estuvo apunto de hacer el segundo, pero el balón se marchó muy cerca de la escuadra. La primera parte acabó con empate a uno.
El primer penalti solo fue el preludio de lo que llegaría en la segunda mitad. Con el partido más roto por culpa del físico, los espacios eran cada vez más grandes. Semedo aprovechó su carril derecho para entrar en el área y llegar al balón antes que Felipe que lo desequilibra. El colegiado canario consideró suficiente contacto como para pitar penalti, el segundo de la noche. Messi lo ejecuta con una Panenka exquisita.
Doce minutos después otro penalti, esta vez en el área del Barça. Semedo roza el talón de Carrasco que, en plena carrera, tropieza provocando su segunda pena máxima del partido. De nuevo el encargado es Saúl, que dispara al mismo sitio y Ter Stegen está a punto de detenerlo. Acabado el carrusel de penaltis, el partido entró en calma y no ocurriría nada extraordinario salvo un par de remates de Vidal que se fueron desviados por muy pocos. Al final, reparto de punto que, visto lo visto, sabe mejor a colchoneros que a culés. El Barça va tirando la liga empate tras empate.
EMILIO VALENZUELA
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