Barça y Juventus están muy cerca de acordar un intercambio de futbolistas sobre el que se lleva meses rumoreando. Si no ocurre nada extraordinario, en los próximos días se hará oficial la marcha de Arthur a Turín y la llegada de Pjanic a Barcelona. Esta operación evidencia el modus operandi que están llevando a cabo en la entidad blaugrana en los últimos años. Es la gota que colma el vaso de una planificación deportiva basada en criterios económicos.
EL TRASPASO DE ARTHUR Y LA YA EVIDENTE PÉRDIDA DEL ‘ESTILO BARÇA’
Arthur Melo llegó a Barcelona en el verano de 2018. El brasileño venía de ser la estrella y el director de orquesta de un Gremio que fue flamante campeón de la Copa Libertadores. Llegó con la etiqueta del ‘nuevo Xavi’, y en pocos partidos se pudo comprobar el porqué de ese distintivo. Arthur gira, rompe líneas a través del pase, temporiza y elige casi siempre la mejor opción. Era el tipo de futbolista que reclamaba el centro del campo culé desde la salida del de Tarrasa. Todo parecía encajar a la perfección. Entre la afición se comentaba que Arthur parecía haberse criado en La Masía. El Barça se había hecho con el jugador idóneo para cubrir una posición clave como es la de interior. Entonces, ¿qué podría salir mal?
Arthur todavía no ha completado su segunda temporada en el club y ya van a echarlo. Si retrocedemos en el tiempo y nos fijamos en los mejores partidos del Barça en las dos ultimas temporadas, seguramente esté Arthur de titular en casi todos. Las lesiones también han provocado que no disfrute de la continuidad necesaria para mostrar su mejor nivel, pero tiene solo 23 años y ya ha ejercido de líder de la medular culé en más de una ocasión. Habría que recordar que futbolistas de la talla de Xavi o Iniesta, ni siquiera eran titulares a su edad, pero claro, eran otros tiempos. Ahora, en un mundo que va a toda prisa, donde la paciencia es un don que se paga muy caro, esperar se convierte en un hecho casi heroico. ¿Qué habría sido del Barça si no se hubiera confiado en Xavi o Iniesta?
La marcha de Arthur es la gota que colma el vaso de la planificación en Can Barça. Después de gastar cantidades exorbitantes en numerosos fichajes erróneos; después de deteriorar cada vez más a una cantera que va perdiendo a muchos de sus mejores diamantes; después de fichar a varios futbolistas que ni siquiera han debutado o han tenido escasos minutos; después de jugar al quita y pon con el puesto de director deportivo; vas y te desprendes de uno de los pocos fichajes que, por precio y rendimiento a corto y largo plazo, mejor podrían haber funcionado en el Camp Nou. Un sinfín de despropósitos que parece culminarse con este trueque. Aunque vete a saber lo que se aproxima.
DECISIÓN ECONÓMICA MÁS QUE DEPORTIVA
Cuestionar la calidad de Miralem Pjanic a estas alturas sería algo estúpido. El bosnio ha demostrado más que de sobra que tiene la talla suficiente como para rendir en un club como el Barcelona. Además, también posee las características necesarias para encajar en el juego que se demanda en la Ciudad Condal. El problema aquí es otro.
Con 30 años, Pjanic llega prácticamente en el último tramo de su carrera. Si lo comparamos con los 23 que tiene Arthur, no hay color en cuanto a rendimiento a largo plazo se refiere. En el club blaugrana buscan urgentemente cuadrar un balance de cuentas que echa chispas. Necesitan aumentar los ingresos y ven a Arthur como la pieza perfecta para sanear momentáneamente la economía de la entidad.
Pero con la salida de Arthur no se acaban los problemas. La masa salarial sigue estando por las nubes. Son muchos sueldos y muy altos. Si lo que buscas es mejorar la situación económica, ¿por qué te desprendes de Arthur que cobra en torno a los 3 millones, y mantienes a Vidal o Rakitic que perciben 7 y 8 millones cada uno? A esto hay que sumarle que Pjanic seguramente llegue con una ficha muy superior a la que tiene actualmente el brasileño. Supongo que, una vez cerrado el problema del balance de cuentas, vendrá el de la masa salarial. Pero claro, ahí ya probablemente no esté la misma directiva.
En definitiva, no se pone en duda la llegada de un jugador como Pjanic. Lo que se cuestiona es la salida de alguien como Arthur. Seguramente, uno de los jugadores que mejor entienda el juego de toda la plantilla. Un centrocampista para muchos años y sobre el que podría haber girado todo el engranaje del Barça del futuro. Una pena.
EMILIO VALENZUELA