Llegó como parche, pero sus buenas actuaciones han provocado que muchos barcelonistas vean como posibilidad real el hecho de que sea el elegido para acompañar a Messi y Suárez.
Después de la marcha de Neymar, la delantera del Barça se quedaba coja por su lado izquierdo. Había que buscar un sustituto a la altura del brasileño, algo que no era tarea fácil. Fueron muchos los nombres que sonaron para ocupar su lugar, pero finalmente el elegido fue un francés de veinte años que jugaba en el Borussia Dortmund, Ousmane Dembélé.
Tras una temporada para olvidar por culpa de las lesiones, el Barça cree que es necesario más dinamita en la parte de arriba. Centran todos sus esfuerzos en la llegada de Griezmann, pero el entonces delantero del Atlético elige quedarse una temporada más en su club. Todo después de un polémico documental en el que explicaba cuál iba a ser su decisión. Su fichaje se retrasaría una temporada.
Un año después, el Barça acabaría pagando la cláusula del francés. La temible MSN pasaría a ser la MSG: Messi, Suárez y Griezmann. Una delantera de ensueño para cualquier amante del fútbol, pero este deporte es tan imprevisible, que a veces lo más lógico no siempre es lo más efectivo. Obligado a jugar en otra posición, Griezmann no termina de arrancar. De estar acostumbrado a llevar el peso atacante en el Atleti, donde se movía libremente por todas partes, a estar fijo en una zona e intervenir mucho menos en el juego.
A pesar de que todavía no hemos visto al Griezmann que nos ha maravillado a todos en La Liga e incluso en un Mundial, el francés sí ha tenido buenos partidos, y su cuota de goles y asistencia es más que considerable. Por eso sigue siendo un fijo en los planes del Barça. Pero es cierto que hay algo que empieza a inquietar su condición de indiscutible.
La enésima lesión de Dembélé hizo que los culés acudieran al marcado en busca de un recambio de garantías, pero a un precio muy asequible. Lo mejor que pudieron encontrar fue Braithwaite. Parecía impensable que el que fuera delantero del Leganés pudiera cuestionar a cualquiera de los tres de arriba. Su destino era jugar los minutos finales. Había llegado como parche para tapar la lesión de Dembélé. Pero el mal momento de Griezmann, sumado a unas actuaciones muy destacables del danés, han provocado que muchos barcelonistas vean como posibilidad real el hecho de que sea Braithwaite el que acompañe a Messi y Suárez.
En los pocos minutos que ha disputado, ha mostrado un hambre voraz por hacerse con un hueco en el once. Ha aprovechado al máximo cada oportunidad. Pelea todos los balones como si le fuera la vida en ello. Es rápido, entiende bien el juego y tiene gol. Además, hay algo en él que gusta al aficionado. En resumen, aporta mucho más de lo que resta. Que no es poco. En dos años hemos pasado de buscar un sustituto de garantías para Neymar, a estar planteándonos la opción de que la delantera del Barça la complete Braithwaite. Esto es lo bueno del futbol. Nunca sabes cómo acertar.
EMILIO VALENZUELA